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La vida en el Abismo

Durante siglos, el hombre ha sentido fascinación por las criaturas que viven en las profundidades del océano. Las culturas alrededor del globo han contado historias sobre animales extraños y a menudo enormes, que acechan en las profundas aguas de nuestros océanos; serpientes marinas, calamares gigantes y tiburones colosales, tienen un lugar dentro de la mitología de Grecia, de la Australia aborigen, de Noruega y de cualquier otra parte donde el hombre se haya aventurado dentro del mar.

Los escritores modernos y los realizadores cinematográficos se han fascinado igualmente por la existencia de la vida marina en las profundidades. Creaciones tales como el libro de Julio Verne, 20.000 leguas de viaje submarino y la novela de John Wyndham Kraken acecha, son sólo dos ejemplos de los miles que especularon acerca de qué podría estar acechando en las profundidades de nuestros océanos. Los realizadores cinematográficos han seguido la serie, creando algunas películas espectaculares tales como El abismo (The Abyss), de James Cameron, que es la descripción de las profundidades del océano no sólo como un lugar donde viven criaturas exóticas, sino también donde viven aliens.

Entonces ¿qué es lo que hay realmente allí abajo? La verdad es que nadie lo sabe a ciencia cierta. Más del 60% de la tierra está cubierta por aguas de más de una milla de profundidad, y sólo una diminuta fracción de esta superficie ha sido explorada alguna vez –más gente ha viajado al espacio exterior de la que ha visitado las partes más profundas del océano.

Hasta hace muy poco, las profundidades oceánicas eran casi completamente inaccesibles para los humanos, a causa de la enorme presión que tiene el agua allí. Pocos animales atrapados en redes y trampas a gran profundidad, sobreviven al enorme cambio de presión cuando son traídos a la superficie, haciéndolos difíciles de estudiar. Pero en los últimos cuarenta años, han sido hechos muchos avances, que finalmente posibilitaron explorar esos lugares. Cámaras para aguas profundas, sumergibles resistentes a la presión, trampas presurizadas especiales y sistemas de recuperación, nos ayudan a observar los organismos que viven en los rincones más oscuros del océano.

La mayor concentración de vida en el océano, se encuentra en la zona comprendida entre la superficie y una profundidad de alrededor de los 1.000 metros. Pero más allá de esa zona, vive una serie espectacular de organismos extraños y maravillosos, con estilos de vida únicos y a menudo inexplicables. Desde gusanos de tubo y criaturas luminiscentes tipo medusas, hasta peces chatos, cangrejos y enormes tiburones y ballenas. El piélago oceánico es realmente el hogar de criaturas que merecen un lugar en las leyendas –y de muchos secretos por revelarse.

La Vida en el Abismo
Los organismos que viven en aguas muy profundas, poseen una serie de adaptaciones que los hacen muy diferentes a sus parientes de las aguas superficiales. Los bajos niveles de luminosidad, las bajas temperaturas y las enormes presiones, han forzado a los organismos abisales a adaptarse en formas que todavía no se comprenden del todo. En particular, la ausencia de la luz solar tiene un impacto dramático para la vida en las profundidades.

En aguas superficiales, la fotosíntesis forma la base de la cadena alimenticia, siendo que las plantas y las algas utilizan la luz solar para crear la energía que luego es absorbida por las criaturas que se alimentan de ellas. Sin la luz solar, la fotosíntesis no es posible y los organismos deben usar otros medios para encontrar energía.

Las fuentes más comunes de esta energía son los respiraderos hidrotermales. Estas fisuras del lecho marino, también conocidas como fumarolas negras, expelen agua caliente y rica en minerales de la corteza terrestre, siendo colonizadas por una enorme variedad de organismos. Fueron descubiertas por primera vez en 1977, cerca de las islas Galápagos, por el submarino Alvin. Hoy en día se sabe que existen respiraderos sustentando enormes comunidades de vida, extendidas por los océanos del mundo. Alrededor de estos respiraderos, habitan 300 especies de gusanos de tubo gigantes, almejas, mejillones y otros organismos, que dependen de una bacteria especialmente adaptada, que utiliza los químicos del agua caliente de las fumarolas para sintetizar los compuestos que necesitan para crecer y reproducirse.

La ausencia de la luz solar presenta muchos otros problemas para las criaturas abisales. Encontrar comida es un problema en particular, y muchos animales tales como los peces y los calamares, poseen grandes ojos especialmente adaptados, que pueden absorber la minúscula cantidad de luz en su paso hacia las profundidades.

Los biólogos piensan que estas adaptaciones visuales, también ayudan a los animales a encontrar parejas en las vastas extensiones sin rasgos característicos de los océanos profundos. No todos los animales necesitan esta clase de ayuda –en algunas especies, tales como ciertos peces sapo, los machos son muy pequeños y han adoptado un estilo de vida parasitario, pasando sus vidas pegados permanentemente a las hembras.

Vista 3D de Challeger Deep. El lugar más profundo conocido del océano.

Tal vez la adaptación a las profundidades marinas más conocida es la bioluminiscencia –la creación de la luz mediante órganos especiales del cuerpo. Más del 80% de las especies que viven en profundidades intermedias, pueden generar luz. La bioluminiscencia podría parecer peligrosa por su potencialidad de atraer a los depredadores, pero también podría ser usada para encandilarlos. Muchas especies de peces atraen a sus presas mediante ella, mientras que otros la utilizan para atraer a otros miembros de la misma especie.

Una cantidad de peces abisales poseen bocas enormes especialmente adaptadas, frecuentemente llenas de dientes largos y afilados, que se curvan hacia atrás en dirección a la boca. Este diseño dificulta el escape de las presas capturadas –una consideración vital en áreas donde la comida es tan escasa.

Algunas de las adaptaciones vistas en las criaturas abisales, permanecen todavía sin una explicación científica. Muchos invertebrados, especialmente los crustáceos, alcanzan un tamaño mucho mayor en aguas profundas que sus parientes más cercanos a la costa, tal vez porque de esta forma aumenta la duración de su vida, y adquieren un mayor potencial reproductivo. Los animales más grandes son también más móviles y, entonces, pueden encontrar comida en una forma más efectiva.

Criaturas Abisales del Océano Pacífico
El Pacífico es el hogar de los abismos conocidos más profundos, de todos los océanos del planeta. El Challenger Deep, nombrado así en honor al barco de la Marina Británica que hizo la primera medición en 1951, está ubicado en la Fosa Mariana, cercana a las Islas Marianas. Tiene 10.911 metros de profundidad (35.797 pies) –y es tan hondo que si el Monte Everest fuera arrojado dentro de él, todavía habría una milla de agua sobre su cumbre.

El batiscafo Trieste

En 1960, el batiscafo tripulado Trieste, de la Marina de los Estados Unidos, descendió al fondo del Challenger Deep, permaneciendo allí durante 20 minutos. Los dos ocupantes de la nave, Jacques Piccard y Don Walsh, se asombraron observando los pequeños peces planos que habitan este lecho oceánico. Desde entonces, más de 400 especies de organismos han sido descubiertas allí, en su mayoría diminutos foraminiferans de caparazones blandos. Pero muchas criaturas más grandes y extrañas se encuentran en las profundidades del océano Pacífico, la mayoría de ellas raramente divisadas por los humanos.

Regaleco o pez remo (Regalecus glesne)
Se piensa que el pez remo es el más largo de todos los peces, con especímenes reportados de más de 17 metros de longitud. Pocas veces divisados por la gente, son arrastrados ocasionalmente a las playas a través de regiones templadas y tropicales del mundo, especialmente del océano Pacífico. Se piensa que pasa la mayor parte de su vida a profundidades de entre 20 y 200 metros, donde se alimenta de peces e invertebrados. Debido a su gran longitud y sus movimientos agitados al acercarse a la superficie, algunas personas piensan que el pez remo es el origen de los mitos de la serpiente marina.

Calamar de Humboldt (Dosidicus gigas)
El calamar de Humboldt, conocido por su naturaleza altamente agresiva y sus feroces habilidades depredatorias, a menudo se conoce también como diablo rojo. Frecuentemente encontrado a profundidades de hasta 700 metros en el Golfo de California del océano Pacífico, crece hasta 1,80 mts de largo y posee poderosos brazos y tentáculos que le permiten atrapar y matar peces con facilidad. Es famoso por su excelente visión submarina, y su habilidad para encenderse y cambiar de color cuando es estimulado.

Pez sapo o rape abisal (Melanocetus johnsoni)
El pez sapo debe su nombre al órgano tipo caña de pescar que brota de su nariz. Esta “caña”, repleta de bacterias bioluminiscentes, se ilumina y es utilizada para atraer cual presas a los peces pequeños. Esta especie de rape abisal vive en profundidades de hasta 1.000 metros, siendo allí un voraz depredador de otros peces, pudiendo tragar ejemplares de más del doble de su propia longitud.

 

 

Nautilus con cámaras (Nautilus sp.)
El antiguo pariente del pulpo, ha permanecido más o menos sin cambios durante 150 millones de años. Sus grandes ojos son en realidad completamente insensibles a la luz y, en su lugar, el nautilus depende del sentido del tacto de sus 90 o más tentáculos, para explorar el mundo y encontrar comida. El nautilus pasa el día en aguas profundas de hasta 600 mts, regresando a los arrecifes cercanos a la superficie durante la noche para alimentarse. Sus caparazones son arrastrados con frecuencia hasta las playas del Pacífico tropical, y son muy apreciados por los coleccionistas.

Criaturas Abisales del Océano Atlántico
El océano Atlántico es, después del Pacífico, el segundo más grande del mundo. Su punto más profundo es la Fosa de Puerto Rico, que se encuentra en el límite entre el Atlántico y el mar Caribe, y tiene más de 8.400 mts de profundidad en su punto más hondo.

Los piélagos del Atlántico son el hogar de muchas especies extrañas, y mayormente desconocidas, muchas de las cuales son encontradas alrededor de los océanos profundos del mundo. A diferencia de los medio ambientes marinos de aguas poco profundas, que son sumamente diferentes gracias a las variaciones geológicas y climáticas cercanas a las costas, las aguas abisales son notablemente estables y similares en todo el globo.

Calamar vampiro del infierno (Vampyroteuthis infernalis)
El extraordinario calamar vampiro, es un pequeño cefalópodo rojizo conocido por su estrafalaria serie de posturas y tácticas de evasión. Con frecuencia se presenta “volando” por el agua, con la ayuda de sus tentáculos en forma de capa y sus aletas. Está recubierto con órganos que producen luz, llamados fotóforos, que se piensa que lo ayudan a confundir a sus potenciales depredadores. Puede vivir en aguas con inusuales bajas concentraciones de oxígeno, a profundidades de entre 600 y 900 mts.

Mixino o pez moco (Myxine glutosa)
Conocido por su estilo de vida parasitario, el mixino es una criatura notablemente fea, que se alimenta adosándose a los peces que se le cruzan, y excavando dentro de sus cuerpos, comiendo literalmente a sus víctimas desde adentro. A pesar de que se parece a una anguila, en realidad forma parte de un grupo mucho más antiguo de peces sin mandíbula. El mixino vive en aguas muy profundas, a veces de hasta 1200 mts. También se lo conoce como anguila babosa, debido a la gran cantidad de baba que produce cuando se siente amenazado.

Anguila tragadora (Eurypharynx sp.)
La anguila tragadora, una de las criaturas abisales de aspecto más estrafalario, está equipada con una boca enorme, y puede tragar presas mayores a su propio tamaño, desarticulando las mandíbulas. Al igual que muchos organismos abisales, está equipada con un órgano bioluminiscente en la punta de su cola, que los científicos piensan que utiliza para atraer a sus presas. Crece hasta 2 mts de longitud y vive en profundidades de 1.200 mts o más.

Camarón enjambre (Rimicaris exoculata)
El camarón enjambre vive en el fondo del mar, cerca de los respiraderos hidrotermales. Se alimenta de la única bacteria que se encuentra alrededor de las fumarolas, a las cuales cultiva con sus propias branquias altamente modificadas. El camarón posee en su espalda un parche reflectante especial, que algunos científicos piensan que podría funcionar como un ojo, capaz de detectar la lejana y tímida luz roja generada por los penachos del agua caliente.

Medusa abisal (Atolla vanhoeffeni)
Esta medusa abisal es conocida por el increíble alarde de bioluminiscencia, que produce cuando es molestada. Común en el Atlántico a profundidades de hasta 1.000 mts, expele anillos de luz desde el centro hacia los bordes de su cuerpo.

 

Criaturas Abisales del Caribe
Mucha gente piensa en el Caribe como un mar cálido y poco profundo, pero tiene profundidades que compiten con las de los grandes océanos. El punto más profundo, la Fosa del Gran Caimán, posee una profundidad máxima de 7.686 mts –cerca de 5 millas. Las islas Caimán son particularmente famosas por su buceo de pared, gracias a las paredes de los arrecifes de coral, que se sumergen en forma vertical, hacia profundidades de más de 600 mts.

El Caribe fue la locación para la espectacular película de James Cameron, El abismo, una historia acerca de una estación de perforación en aguas profundas, asediada por extraños aliens. Aún sabiendo que no existen tales criaturas en el Caribe, este mar es merecidamente famoso por la abundancia de su vida marina.

Tiburón martillo (Sphyrna lewini)
Los tiburones martillo, probablemente los más característicos de todas las especies de tiburones, son conocidos por sus cabezas extrañas, elongadas lateralmente con ojos que miran hacia los costados. Algunos biólogos piensan que esto les proporciona una ventaja sensorial para encontrar presas, mientras que otros creen que los ayuda para la flotación en las columnas de agua. Los tiburones martillo se encuentran a menudo en las aguas profundas del Caribe, hasta los 275 mts.

Tiburón gris (Hexanchus griseus)
Este tiburón solitario se puede encontrar en todas partes del mundo, incluyendo las aguas del caribe. Se alimenta de noche en aguas poco profundas, y regresa a las profundidades de 2.000 mts durante el día, para descansar sobre el lecho marino. Debido a la gran profundidad en la cual pasa la mayor parte de la vida, se conoce poco acerca de sus hábitos, pero se piensa que está emparentado con los fósiles de los tiburones del período Triásico.

Esponja oreja de elefante (Agelas clathrodes)
Las esponjas se encuentran entre los más simples de todos los animales. Existen más de 5.000 especies, algunas de las cuales viven en profundidades de más de 8.500 mts. Se alimentan bombeando agua a través de sus característicos cuerpos tipo matriz, y filtrando las partículas sustanciosas. Las esponjas oreja de elefante se encuentran habitualmente en aguas más profundas frente a los arrecifes y atolones del Caribe, donde pueden crecer hasta tamaños enormes.

Corales de aguas profundas
La mayoría de los mundialmente famosos arrecifes de coral están en aguas poco profundas, y son fácilmente accesibles para los buzos. Pero también existen muchas especies que viven en aguas mucho más profundas, fuera del alcance de quienes practican esta actividad. Los arrecifes de coral de aguas profundas se encuentran a menudo a más de 80 mts de profundidad, y bastante lejos de la costa. Un estudio reciente ha demostrado que este tipo de arrecifes, se encuentran por lo general en mejores condiciones que sus equivalentes en aguas poco profundas, probablemente a causa de su inaccesibilidad sin la ayuda de un equipo de inmersión especial.

Criaturas Abisales de los Océanos Polares
Entre todos los océanos, probablemente los polares sean los menos explorados, mayormente porque muchos de ellos están bajo mantos de hielo permanentes, situados en las regiones del Ártico y de la Antártida. Como los otros océanos del mundo, partes de ellos son extremadamente profundas –el Océano Ártico en su punto más hondo mide cerca de 5.600 mts de profundidad, mientras que el Océano del Sur de la Antártida se sumerge a 7.235 mts.

A causa de las severas condiciones, y de la dificultad para acceder a las profundidades polares, han sido efectuadas muy pocas investigaciones en detalle de sus criaturas abisales. Pero recientes expediciones en el Ártico canadiense, han revelado cientos de especies de peces desconocidas, medusas, calamares y pulpos, lombrices y otros organismos, a profundidades de hasta 3.800 metros. Muchas especies de peces polares, poseen en su sangre químicos especiales llamados glicoproteínas, que actúan como “anticongelantes”, y los previenen literalmente de la congelación sólida en el agua fría.

En algunas partes de la región Antártica, ocurre un fenómeno conocido como agua de fondo de la Antártida, por medio del cual el agua muy fría y salada de la superficie, se hunde hasta el lecho marino. Esta agua rica en oxígeno, permite que animales tales como el krill prosperen a grandes profundidades, y recientes investigaciones han demostrado que hasta puede constituir una fuerza crítica para el mantenimiento de las corrientes oceánicas mundiales y el clima global.

Calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni)
Solamente seis especímenes de este calamar enorme y aterrador han sido encontrados por los científicos, cinco de los cuales fueron recuperados de los estómagos de ballenas sperm. El espécimen más reciente fue capturado en una red de arrastre en la Antártida, a una profundidad de 2.200 mts, y tenía más de 6 mts de largo –más grande incluso que el mayor calamar gigante jamás hallado. Este depredador feroz, está armado con dos enormes picos afilados y ganchos rotativos en sus tentáculos, y puede crecer hasta 12 metros de longitud.

Merluza negra Antártica (Dissostichus mawsoni)
Este pez grande, de crecimiento lento, vive en aguas profundas de entre 300 y 2.500 mts frente a las costas de la Antártida. Como muchas de las especies de peces de las frías aguas polares, su sangre contiene proteínas especiales que lo previenen del congelamiento. La merluza negra es comunmente comida por las ballenas sperm y los elefantes marinos y, junto con su pariente cercano, la merluza negra patagónica –también conocida como róbalo chileno- están en peligro de extinción a causa de la pesca excesiva para el consumo humano.

Tiburón de Groenlandia o boreal (Somniosus microcephalus)
El tiburón de Groenlandia, uno de los tiburones más grandes, crece hasta más de 6,5 metros de longitud y es conocido por su aspecto y movimientos aletargados. Se lo encuentra comunmente en aguas de hasta 1.200 mts de profundidad en los océanos Ártico y Atlántico Norte, pero ha sido observado tan al sur como en la Argentina y en la Antártida. En las regiones del Ártico, es cazado con frecuencia por el pueblo Inuit, quienes lo atraen a la superficie y lo arrastran a través de agujeros cortados en el hielo.

Elefante marino (Mirounga sp.)
Es difícil imaginar a estas enormes criaturas encontrando su camino hacia el fondo del mar, pero los elefantes marinos pueden sumergirse a profundidades de más de 1.500 metros y permanecer allí hasta por 2 horas. Los machos pueden pesar más de 2 toneladas y pasar el 90% de su tiempo en el mar cazando calamares, rayas y cangrejos. Existen dos especies de elefante marino, una se encuentra en el hemisferio norte, y la otra en las regiones antárticas del hemisferio sur.

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