Las prospecciones y el uso masivo del sonar amenazan a las ballenas

Dos decisiones tomadas en EEUU ponen de relieve las nuevas amenazas que se ciernen sobre las ballenas. La noticia menos inquietante proviene de un juzgado de EEUU que acaba de dictar la prohibición de las exploraciones en busca de petróleo en los mares circundantes de Alaska; la más negativa tiene que ver con el uso masivo del sonar por parte de la Armada de EEUU.

Ayer se conoció que la compañía anglo-holandesa Shell y su nueva socia, Gazprom –empresa oficial rusa–, han visto paralizadas sus expectativas de buscar petróleo en aguas de la isla de Sakhalin, en el Pacífico norte.

La decisión judicial avala la demanda de las poblaciones nativas de la región y las organizaciones ecologistas, que asesoradas por expertos de la Unión Mundial para la Conservación, creen que las prospecciones ponen en riesgo a las ballenas y a los osos polares que viven en la zona.

Sin embargo, la sentencia no es firme y será revisada a mediados de agosto. Las dos grandes empresas petrolíferas habían logrado un permiso de las autoridades federales de EEUU para iniciar perforaciones de 12 pozos en el mar de Beaufort. La decisión estaba en concordancia con la política de la Administración Bush, que desde su llegada a la Casa Blanca ha promovido la explotación petrolífera en Alaska, incluso en zonas ya protegidas.

Si el futuro de la fauna ártica depende de una nueva decisión judicial, el uso masivo del sonar en los buques de guerra de la Armada de EEUU, parece una decisión prácticamente decidida. La asociación estadounidense Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés) ha iniciado una campaña mundial urgente para que se hagan envíos masivos de correos electrónicos a la Casa Blanca, en protesta por el uso del sonar de baja frecuencia en los océanos del planeta.

Según NRDC, apenas queda plazo para llevar a cabo la ciber protesta rechazando la decisión de la Armada estadounidense. Con el uso de esta potente tecnología para detectar submarinos potencialmente enemigos, pondrán en peligro las ballenas que se encuentren a menos de 550 kilómetros del navío de guerra, en un 70% de la superficie ocupada por los océanos, aseguran.

La ciber acción ha sido difundida en España por Ecologistas en Acción de Almería, que piden sumarse al envío de 'mails' desde la dirección: www.nrdconline.org/campaign/biogems_whales_0707_nsb. En el escrito se «rechaza» el despliegue de esta tecnología y se pide un plazo de 45 días para consultar a la opinión pública.

La decisión de utilizar masivamente el uso del sonar de baja y media frecuencia, es un giro radical de la política de prevención que se venía aplicando desde hace años, cuando se comprobaron los daños mortales que provocaban en ciertas especies de cetáceos tras su uso en maniobras militares. Desde entonces se «recomendaba» no utilizar el sonar en áreas protegidas con abundancia de cetáceos y cerca de las costas.